Por más que lo piense hasta el cansancio, esto se me presenta como un acertijo encerrado en un enigma… ¿Cuándo es bastante?
¡Cuidado! A no dejarse tentar por la lectura superficial de estas líneas. Dije “cuando” y no “cuanto”. Considero que responder al “cuanto” es mucho más sencillo. En todo caso, la veo como una duda de carácter material, y con sinceridad, no soy de esos a los que los desvele tener algo nuevo cada día.
Ahora la cuestión de “cuando” es bien distinta. Y con respecto a eso, bien vale la pena tomar un aspecto: ¿Cuándo dejar de formarse? Tanto sea en el esquema de educación formal o en cuanto tenga que ver con las experiencias acumuladas en diversos ámbitos con los que interactuamos.
Si cada nuevo desafío comercial o social nos presenta una vara más alta… ¿cuál debería ser nuestra actitud motivacional? Es bien sabido que vivimos en una sociedad competitiva y en constante desarrollo, y que para estar a la altura de las circunstancias, no solo es necesario una formación permanente, sino una altísima cuota de actitud y confianza en uno mismo.
Como muestra basta un botón: Marissa Mayer, CEO de Yahoo, nos cuenta su experiencia al respecto: “Siempre hago cosas para las que no estoy completamente preparada. Creo que esta es la forma de crecer. Cuando hay ese momento de “Wow, no estoy segura que pueda hacer esto” y consigues seguir adelante, es ahí cuando consigues tener un gran avance”.
A eso me refería con la idea de “cuándo es bastante”. Siempre el camino se abre una vez más, y ahí está el verdadero desafío para un buen Líder. Quien así sea considerado por sus pares, debe estar dispuesto a arriesgar (lo cual no significa dar un paso más largo del que pueda) porque a la hora de hacer balances, le servirá para demostrarse que pudo subir un nuevo escalón, tanto en el resultado obtenido como en su formación personal; y al mismo tiempo le permitirá afianzar su condición para con el resto del equipo.